Netskope ha dado el salto al mercado bursátil con una de las ofertas públicas iniciales (IPO) más relevantes del sector en los últimos años. El estreno se saldó con una recaudación de 908 millones de dólares y un claro respaldo de los inversores, que elevaron la valoración de la empresa hasta los 8.700 millones en su primer día de cotización.
La compañía con sede en Santa Clara fijó el precio de salida en 19 dólares por acción, en la parte alta del rango previsto, y colocó 47,8 millones de títulos. La elevada demanda llevó a que las acciones se estrenaran en el Nasdaq un 20% por encima del precio inicial, bajo el ticker NTSK. Tras el primer día de negociación, la cotización se consolidó en torno a los 22,5 dólares, con picos de 24,4 dólares durante la sesión.
Fundada en 2012, Netskope se ha especializado en servicios de seguridad cloud nativos y en soluciones SASE (secure access service edge), un segmento cada vez más estratégico en un entorno marcado por la migración masiva a la nube, la movilidad y el auge de la inteligencia artificial. Su plataforma combina seguridad de datos, control de aplicaciones SaaS, acceso privado, firewall, detección de amenazas y herramientas de cumplimiento. Un elemento diferencial es NewEdge, su red privada global diseñada para reducir la latencia y garantizar el rendimiento de las aplicaciones en entornos distribuidos.
Los resultados financieros previos al debut reflejan tanto la fortaleza de la compañía como los retos que aún debe superar. En los seis meses cerrados el 31 de julio, Netskope ingresó 328 millones de dólares, un 31 % más que en el mismo periodo del año anterior, con un ARR de 707 millones, lo que supone un crecimiento del 33 % interanual. Sin embargo, la firma sigue en pérdidas: registró un resultado neto negativo de 170 millones, si bien la tendencia muestra una reducción respecto a los ejercicios anteriores.
La operación bursátil sitúa a Netskope en un punto de inflexión. Por un lado, el mercado reconoce el potencial de crecimiento de la compañía y su capacidad de fidelizar clientes —más del 85% de su ARR procede de organizaciones que gastan al menos 100.000 dólares anuales—. Por otro, los analistas recuerdan que cotiza a múltiplos elevados, en torno a trece veces sus ventas, una ratio que la coloca por encima de rivales más rentables como Fortinet o Palo Alto Networks.
El contexto acompaña a este tipo de operaciones. La presión regulatoria derivada de normas como NIS2 o el AI Act europeo, junto con el aumento de las amenazas impulsadas por inteligencia artificial, han disparado la necesidad de soluciones de seguridad basadas en la nube y modelos de confianza cero. Netskope, que en 2021 ya fue valorada en 7.500 millones de dólares tras una ronda privada de financiación, aprovecha ahora el apetito inversor para consolidar su posición en un mercado en plena expansión.
El éxito de la salida a bolsa de Netskope refuerza, además, la idea de que el capital público vuelve a mirar con interés hacia las empresas de ciberseguridad. Tras el debut de SailPoint a comienzos de año, la operación de la compañía californiana se convierte en un referente para medir la salud de un sector que combina altas expectativas de crecimiento con la presión de alcanzar rentabilidad en el corto y medio plazo.