Los diferentes foros y cumbres internacionales sobre inteligencia artificial coinciden en la importancia de aprovechar las oportunidades que ofrece esta tecnología y en la necesidad de mejorar su inclusividad para que sea más accesible para todos. Pero también muestran su preocupación por los retos derivados de la protección de la información y se hace hincapié en la necesidad de reforzar las estrategias de ciberseguridad de las empresas. Y es que cada vez será más necesario implementar medidas sólidas de protección de la privacidad a nivel mundial que nos protejan contra posibles violaciones y robos de identidad.
Una IA más inclusiva en las empresas
Es lógico asumir que seremos testigos de un aumento en los ataques generados por la IA, que además serán cada vez más sofisticados. De hecho, la creciente autonomía de la IA podría llegar a permitir incluso que comprometiera sistemas y datos por sí misma, con solo una orden de los delincuentes.
La buena noticia es que los esfuerzos para que esta tecnología sea cada vez más inclusiva ayudará también a que aquellas personas con menos formación técnica puedan entender mejor la importancia de la ciberseguridad. Al ir adquiriendo conocimientos más especializados, podrán abordar con mayor confianza cuestiones como el reconocimiento de correos electrónicos sospechosos o las notificaciones MFA dudosas.
Los sistemas de IA también evolucionarán desde la asistencia a los analistas de ciberseguridad hasta la coordinación de escenarios de respuesta a incidentes, lo que hará que la mitigación de amenazas sea más rápida y autónoma.

Robos de identidad
El auge de los robos de identidad digital y los deepfakes, que difuminan la línea entre las personas reales y las falsas en Internet, se considerará uno de los retos de ciberseguridad más relevantes a los que se enfrentarán las empresas y los ciudadanos. La capacidad de la IA para generar identidades falsas cada vez más convincentes hará que el riesgo de robo de identidad digital aumente notablemente.
Y, si no se toman ya precauciones técnicas y legales para hacer frente a este problema, es muy posible que en las próximas dos décadas no podamos distinguir a las personas reales de los personajes generados por la IA. Esta situación, que ya está empezando a ocurrir, generará importantes retos de confianza y seguridad. Los deepfakes y los ataques de phishing que vemos hoy en día son solo la punta del iceberg y cada vez estaremos más expuestos a robos de datos e información confidencial.
También vale la pena reflexionar sobre el auge de los sistemas autónomos impulsados por la IA, como los de los coches autónomos o los implantes médicos. Estos sistemas pueden estar conectados y eso los hace más vulnerables a ataques que podrían comprometer su funcionalidad o poner en peligro vidas humanas.
En este sentido, es muy posible que veamos aparecer una nueva generación de servicios de ciberseguridad para protegernos y que aprovechemos las ventajas de una IA supervisada por el ser humano para luchar contra las nuevas amenazas. Así, se necesitarán mayores niveles de vigilancia en servicios profesionales clave, como bancos, hospitales o infraestructuras críticas.
Formación en seguridad
Otra de las amenazas a la que nos enfrentamos es la de la proliferación de dispositivos tecnológicos. Por ejemplo, a medida que los dispositivos wearables, como los relojes inteligentes, se vuelven más sofisticados, podrían convertirse en objetivo de los ciberdelincuentes para obtener datos personales.
Y es que estos dispositivos, impulsados por la IA, pueden acceder a información en tiempo real sobre las personas, los lugares donde se encuentran y sus interacciones. Por lo tanto, los delincuentes podrán acceder a lo que ven y experimentan las personas en tiempo real, aumentando así exponencialmente el potencial de violación de nuestra privacidad.
Para hacer frente a estos retos, será necesario implementar cuanto antes una estrategia de formación en materia de seguridad para todos los sectores de la sociedad, incluyendo no solo conferencias, sino también simulaciones y ejercicios prácticos para ayudar a las personas a reconocer y responder correctamente a estos nuevos riesgos.
Los formatos habituales utilizados para dar formación en este campo deberán cambiar para involucrar eficazmente a las generaciones futuras. La formación en materia de seguridad deberá recalibrar expectativas y garantizar que las personas sean conscientes de las amenazas críticas para su ciberseguridad.
¿Qué nos depara el futuro?
Sin unas directrices éticas claras, la IA podría plantear importantes retos de seguridad que pondrían en peligro los datos, la información y las identidades de las personas. Además, las empresas podrían verse profundamente afectadas, tanto en sus resultados de negocio como en la confianza de sus clientes.
Para mantener y aprovechar los beneficios obtenidos tras años de desarrollo de la IA, es posible que surja una nueva industria enfocada en proteger todos estos modelos. Además, el rápido crecimiento de una IA más inclusiva también aumentará significativamente la demanda de nuevas herramientas y servicios de seguridad que garanticen su fiabilidad y credibilidad.
De hecho, hoy día, los desarrolladores de ciberseguridad de última generación incorporan ya la IA y los LLM en sus soluciones para combatir las amenazas. Esta será precisamente la clave, seguir invirtiendo en investigación y desarrollo para ofrecer las mejores soluciones de seguridad y, al mismo tiempo, ofrecer los mejores programas de formación continua en materia de concienciación.
Carlos Vieira
Director general de Hornetsecurity para Iberia, Italia y Latinoamérica