La inteligencia artificial agentiva (Agentic AI), una nueva generación de sistemas inteligentes capaces de actuar de forma autónoma para alcanzar objetivos específicos, está llamada a revolucionar la forma en que las organizaciones automatizan procesos complejos. A diferencia de la automatización tradicional, que ejecuta tareas predefinidas, la IA agentiva incorpora capacidades de razonamiento, planificación y toma de decisiones, lo que permite delegar en ella responsabilidades que antes requerían supervisión humana.
Según un informe de MarketsandMarkets, este mercado emergente pasará de mover 13.810 millones de dólares en 2025 a alcanzar los 140.800 millones en 2032, con una tasa de crecimiento anual del 39,3%. Los avances en marcos de orquestación para sistemas multiagente y la integración de modelos generativos con módulos de planificación están impulsando su desarrollo. Además, los agentes físicos –como robots con IA desplegados en logística, salud o mantenimiento en campo– ganan presencia gracias al edge computing y la percepción en tiempo real.
Asia-Pacífico liderará la adopción, impulsada por políticas públicas ambiciosas y una rápida transformación digital en países como China, India o Corea del Sur. Por sectores, la gestión de servicios de TI será el mayor campo de aplicación inicial, especialmente en tareas repetitivas como la resolución de incidencias o el aprovisionamiento de sistemas. En paralelo, el sector de los servicios profesionales (consultoría, legal, auditoría) experimentará el crecimiento más rápido, al beneficiarse de agentes capaces de investigar, analizar y comunicarse con clientes de forma autónoma y contextual.
Gigantes tecnológicos como IBM, Nvidia, OpenAI, Microsoft o Google ya lideran la carrera por desarrollar y comercializar estas soluciones, que se perfilan como clave en la transformación digital avanzada.