El discurso de Francisco Macías, Senior Sales Engineer de WithSecure, resume el cambio de mentalidad que vive la ciberseguridad: pasar de la prevención al control continuo. La compañía finlandesa, pionera en el desarrollo de motores heurísticos y soluciones EDR/XDR, apuesta por un enfoque integral que combina tecnología, inteligencia y servicios para gestionar la exposición y validar la eficacia real de las defensas.
“Las auditorías anuales ofrecen una foto fija, pero los atacantes se mueven a diario”, afirma Macías. En su opinión, las organizaciones necesitan herramientas que analicen y verifiquen en tiempo real lo que ocurre en su red, la nube o las identidades, con capacidad de aprendizaje y respuesta automática.
De la detección a la validación
WithSecure ha evolucionado de fabricante de software a proveedor de soluciones completas que miden la resiliencia real de las infraestructuras. Su visión se apoya en tres pilares: predicción, protección y detección continua. “Ya no basta con reaccionar ante un incidente. Hay que comprobar constantemente si nuestras defensas funcionan y si los cambios tecnológicos no introducen nuevos riesgos”, explica.
Este modelo de validación continua sitúa la gestión de la exposición en el centro de la estrategia, ayudando a las empresas a entender no solo si están protegidas, sino hasta qué punto son vulnerables.
Soberanía y proximidad como ventaja competitiva
El enfoque europeo de WithSecure no es un detalle geográfico, sino una declaración de principios. “Operar desde Finlandia y Polonia, países en primera línea del conflicto digital, nos da un conocimiento directo de las amenazas reales”, subraya Macías.
Esa cercanía alimenta su red de ciberinteligencia y refuerza la capacidad de anticipar ataques antes de que escalen. “Sabemos cómo se comportan los adversarios y podemos trasladar ese aprendizaje a nuestras soluciones”.
La visión de WithSecure anticipa hacia dónde se dirige la ciberseguridad moderna: automatización, validación y soberanía tecnológica. El reto ya no es instalar más soluciones, sino medir de manera constante su eficacia y adaptarlas al cambio. “Validar no es desconfiar”, concluye Macías. “Es la única forma de estar seguro de que todo sigue funcionando como debería”.















