La ciberseguridad se ha convertido en un entorno en el que nada puede darse por hecho: cada tecnología, cada componente y cada integración debe probarse y validarse. En ese terreno se mueve Keysight Technologies, empresa de ingeniería con más de 15.000 empleados y presencia en los principales estándares de red del mundo.
Su Enterprise Sales Manager para España y Portugal, Blas Simarro, lo resume con claridad: “Somos la empresa del testing y de la medida. En cualquier ámbito en el que participamos, nos dedicamos a verificar que las soluciones tecnológicas funcionan como se espera que lo hagan”.
Con esta filosofía, Keysight impulsa una cultura basada en la validación continua y el control extremo a extremo, desde el diseño de los chips hasta el comportamiento de las infraestructuras en producción.
Validar para confiar
Simarro explica que el papel de Keysight abarca todo el ciclo de vida tecnológico. “Medimos desde la fase de laboratorio hasta la producción, asegurando que las infraestructuras responden ante la carga, el uso y el estrés, también en ciberseguridad”. La compañía colabora con los principales fabricantes de hardware de seguridad para verificar que sus equipos mantienen su rendimiento ante distintos tipos de ataque y condiciones reales de red.
“Nos dedicamos a la validación continua de esas contramedidas, garantizando que los clientes tengan una infraestructura fiable”, apunta.
El poder de la prueba
Esa obsesión por medir no es un mero ejercicio técnico, sino un elemento clave de la confianza digital. En un mercado saturado de promesas, la capacidad de demostrar con datos que una tecnología cumple lo que promete marca la diferencia. “Medir no es desconfiar; es asegurar que las cosas funcionan como deben hacerlo”, recalca Simarro.
Desde su punto de vista, el testing es tanto una garantía para el fabricante como una defensa para el usuario final: una forma tangible de traducir la seguridad en evidencia.
En tiempos de transformación acelerada, Keysight recuerda que la confianza no se improvisa: se construye midiendo, validando y repitiendo. Cada avance tecnológico —desde el 6G hasta los nuevos modelos de seguridad en la nube— exige comprobar, ajustar y volver a probar. “La seguridad no se consigue solo diseñando, sino verificando cada paso del proceso”, concluye Simarro.















