En los últimos años la frecuencia y la sofisticación de los ciberataques ha aumentado, suponiendo un reto importante para las organizaciones de todo el mundo. La proliferación de dispositivos interconectados, la creciente dependencia de los servicios en la nube y el cambio al trabajo remoto han introducido nuevas vulnerabilidades, creando más oportunidades que los ciberdelincuentes pueden aprovechar. El informe Veeam Data Protection Trends 2024 revela que el 75% de las organizaciones sufren ciberataques, y que la mayoría de ellas son atacadas varias veces. A la luz de esto, las organizaciones deben preocuparse por los impactos que estos ataques pueden tener en su reputación, productividad, coste de seguros y su salud financiera en general. Estos factores pueden conducir a la pérdida de datos y, en última instancia, a la pérdida de confianza de clientes y socios. A medida que evolucionan estas amenazas, las empresas deben dar prioridad a las estrategias de resiliencia de datos para salvaguardar la información crítica y mantener la integridad operativa.
El papel de la resiliencia de los datos en la continuidad del negocio
La resiliencia de los datos hace referencia a la capacidad de una organización para resistir, recuperarse y adaptarse a las interrupciones y fallos relacionados con su información, garantizando que los datos críticos permanezcan accesibles e intactos. A diferencia de las medidas tradicionales de protección de datos, que se centran principalmente en la copia de seguridad y la recuperación de los mismos, la resiliencia de datos abarca un enfoque más amplio que incluye medidas proactivas para evitar la pérdida de datos, minimizar el tiempo de inactividad y mantener su integridad.
Al integrar la resiliencia de datos en la planificación para la continuidad de la actividad empresarial, las organizaciones pueden prepararse para las filtraciones de datos y estar equipadas para hacer frente a fallos de hardware, catástrofes naturales y errores humanos. Una estrategia de recuperación de datos permite a las empresas mantener sus operaciones, proteger su reputación y reducir las pérdidas financieras ante acontecimientos imprevistos.
Evaluación de la capacidad actual de recuperación de datos
Para desarrollar eficazmente la resiliencia de datos, las organizaciones deben evaluar primero sus capacidades actuales. Esto implica evaluar las medidas de protección de datos existentes, identificar posibles vulnerabilidades y determinar la capacidad de la organización para recuperarse de incidentes relacionados con los datos. Los pasos clave de esta evaluación incluyen:
- Realizar una evaluación de riesgos: identificar las potenciales amenazas a la integridad y disponibilidad de los datos, como ciberataques, fallos de hardware y desastres naturales. Analizar la probabilidad y el impacto de estas amenazas en la organización.
- Revisar los procesos de copia de seguridad y recuperación de datos: evaluar la eficacia de las estrategias actuales de copia de seguridad, incluida su frecuencia, la fiabilidad de las soluciones de almacenamiento y la velocidad de recuperación.
- Evaluar las prácticas de gestión de los datos: verificar que existen políticas de control de datos para gestionar su calidad, seguridad y conformidad. Esto incluye la clasificación de datos, controles de acceso y prácticas de cifrado.
- Probar los planes de recuperación en caso de catástrofe: probar periódicamente los planes de recuperación en caso de catástrofe para identificar los puntos débiles y asegurarse de que todos los miembros del equipo están familiarizados con sus funciones y responsabilidades durante un incidente relacionado con los datos.
Indicadores clave de los niveles de resiliencia de los datos
Comprender el nivel actual de resiliencia de los datos de una organización es crucial para identificar las áreas que necesitan mejoras. Entre los indicadores clave de la resiliencia de los datos se incluye el Punto de Recuperación Objetivo (RPO por sus siglas en inglés), que se refiere a la cantidad máxima aceptable de pérdida de datos medida en tiempo. Un RPO más bajo significa un mayor nivel de resiliencia, ya que minimiza la cantidad de datos que se podrían perder durante un incidente.
El Tiempo de Recuperación Objetivo (RTO) es el tiempo previsto para recuperar las actividades informáticas y empresariales tras una interrupción. Un RTO más corto indica una estrategia de datos más resistente, ya que permite una restauración más rápida de las operaciones. La integridad de los datos implica mantener la exactitud y coherencia de los estos a lo largo de su ciclo de vida, aplicando medidas para evitar su manipulación, el acceso no autorizado y las supresiones accidentales. Disponer de sistemas e infraestructuras redundantes, como varios centros de datos o copias de seguridad en la nube, garantiza la disponibilidad continua de los datos.
Estrategias a largo plazo para una resiliencia sostenible de los datos
Crear una capacidad de recuperación de datos sostenible exige un compromiso a largo plazo con la mejora y la adaptación continuas. Las estrategias clave para lograrlo incluyen la inversión en tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial para mejorar la protección de datos, detectar anomalías y automatizar los procesos de recuperación. También es esencial implantar medidas de seguridad sólidas, que incluyan protocolos multicapa, evaluaciones periódicas de vulnerabilidades y programas exhaustivos de formación de los empleados sobre seguridad.
Adoptar un enfoque multi-cloud es otra estrategia crucial, utilizando múltiples proveedores de nube para distribuir el almacenamiento de datos y minimizar el riesgo que genera tener un único punto de fallo, al tiempo que se proporciona una mayor flexibilidad y escalabilidad. Desarrollar una cultura de resiliencia dentro de la organización es vital, promoviendo la concienciación, la responsabilidad y la colaboración a todos los niveles. Esto puede lograrse fomentando el aprendizaje y la mejora continuos mediante formación periódica y simulacros.
Por último, la supervisión y el análisis en tiempo real se utilizan para detectar y responder rápidamente a posibles amenazas. La supervisión continua ayuda a las organizaciones a identificar patrones y tendencias que podrían indicar vulnerabilidades o posibles incidentes, fomentando un enfoque proactivo de la resiliencia de los datos.
Al centrarse en estos elementos, las organizaciones pueden prepararse mejor y mitigar el impacto de las incidencias relacionadas con los datos. La resiliencia de los datos no es sólo un reto técnico, sino un imperativo estratégico que requiere el compromiso y la colaboración de toda la organización. En un mundo en el que los datos son un activo crítico, garantizar su resiliencia es esencial para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo.
Dave Russell, SVP and Head of Strategy en Veeam