Aunque a la telefonía IP se le preste a menudo poca atención en las medidas de protección, la seguridad de los teléfonos IP y de las plataformas de telefonía es, y seguirá, siendo una tarea permanente. Porque también aquí se pueden explotar posibles vulnerabilidades como puertas de entrada.
Hoy en día, prácticamente todos los fabricantes de hardware y software se enfrentan con frecuencia a avisos de seguridad. La situación de amenaza cambia constantemente: los actores criminales están cada vez más organizados, mejor equipados y, por tanto, resultan más imprevisibles. Para hacer frente a este escenario, resulta esencial contar con una estrategia clara de desarrollo y mantenimiento de producto que entienda la seguridad no como un estado estático, sino como una práctica continua. Cada línea de código, cada interfaz web y cada interfaz de aprovisionamiento debe evaluarse y protegerse como una posible superficie de ataque. En este ámbito no cabe dormirse en los laureles.
Vulnerabilidades típicas
En este contexto, Snom trabaja en dos frentes: por un lado, capitaliza su propia experiencia acumulada y, por otro, integra de forma sistemática el feedback de sus partners tecnológicos y del canal especializado.
La mayoría de las vulnerabilidades detectadas se concentra en las interfaces web, los procesos de autenticación y los mecanismos de aprovisionamiento, es decir, precisamente en aquellas interfaces que ofrecen una gran comodidad a los administradores, pero que al mismo tiempo pueden convertirse en una posible puerta de entrada para los ataques. Las brechas de seguridad en sí rara vez son espectaculares, pero tienden a repetirse, y ahí radica el verdadero desafío para fabricantes e instaladores que quieren mitigar de manera eficaz este problema.
Los tres tipos de ataque más relevantes en teléfonos IP
En el caso de los propios teléfonos IP, pueden destacarse especialmente tres tipos de amenaza, distintas de las que afectan a los sistemas PBX o a las plataformas de gestión de telefonía.
Cross-Site Scripting (XSS)
Las interfaces web integradas en los teléfonos IP para la configuración de los terminales ofrecen comodidad, pero también constituyen una superficie de ataque. Las entradas insuficientemente validadas pueden provocar que se ejecute código JavaScript en el contexto de una sesión activa. De este modo, los atacantes pueden llegar a ejecutar comandos administrativos o manipular configuraciones sensibles.
Se puede hacer frente a estos riesgos mediante una validación estricta de las entradas, una separación clara entre los derechos de usuario y de administrador, así como mediante actualizaciones periódicas de firmware. Cuanto más rigurosamente se apliquen estos principios, menor será la probabilidad de que surja una brecha de este tipo o de que pueda explotarse como vulnerabilidad.
Escalada de privilegios
Muchos ataques tienen como objetivo obtener permisos más elevados aprovechando vulnerabilidades existentes. Si a una cuenta de usuario, quizá incluso la de un empleado que ya ha dejado la empresa, se le conceden sin querer privilegios de administrador debido a una comprobación de permisos insuficiente, pueden modificarse parámetros críticos de seguridad, como las configuraciones TLS o las políticas de cifrado. Esto pone en entredicho toda la arquitectura de seguridad. Por ello, una gestión de permisos coherente, bien documentada y siempre actualizada debe situarse entre las prioridades más altas de cualquier organización.
Validación incorrecta de entradas / inyección en el aprovisionamiento
El aprovisionamiento es un mecanismo central en la telefonía IP. Si las entradas en este proceso no se validan correctamente, es fácil manipular parámetros o activar desvíos de llamadas sin autorización. Cuando este proceso se protege mediante TLS con autenticación mutua y certificados individuales por dispositivo, se garantiza que ni el servidor ni los terminales puedan ser suplantados de forma no autorizada. El aprovisionamiento aporta una gran comodidad operativa, pero también constituye un posible punto de ataque. La experiencia demuestra que la seguridad y la facilidad de uso no tienen por qué estar reñidas, siempre que exista disciplina en la implementación y se sigan buenas prácticas de diseño y mantenimiento.
La seguridad como parte de la filosofía de producto
Los teléfonos IP hace tiempo que dejaron de ser simples terminales: hoy son pequeños ordenadores especializados, con su propio sistema operativo, pila de red y servidor web. Precisamente por eso, el mantenimiento continuo del firmware es imprescindible. No solo aporta nuevas funciones, sino que también corrige las vulnerabilidades de seguridad que puedan surgir en la plataforma software subyacente.
Las actualizaciones periódicas dejan de ser así una cuestión de comodidad para convertirse en parte de la higiene digital básica. Sin embargo, esto también implica que los usuarios deberían sustituir sus dispositivos siempre que ya no sea posible instalar actualizaciones de firmware. Lo mismo sucede con los PC y los smartphones: cuando el hardware está obsoleto, ya no se puede garantizar una protección completa. En caso de duda, es preferible renovar el hardware antes que exponer a toda la empresa a un riesgo de seguridad innecesario. La experiencia de los últimos años demuestra que la seguridad no se basa únicamente en la tecnología, sino en la combinación de disciplina en los procesos, una arquitectura adecuada y la responsabilidad de los usuarios.
Esto implica incluir la telefonía IP en las auditorías de seguridad, evitar que las interfaces web de los teléfonos y las herramientas de aprovisionamiento sean accesibles directamente desde Internet sin protección, y activar todas las funciones de seguridad disponibles en los terminales. Asimismo, la segmentación de las redes de comunicaciones y el cifrado sistemático de todas las conexiones de aprovisionamiento y señalización siguen siendo componentes imprescindibles de un concepto de seguridad moderno.
Los fabricantes que aspiren a ofrecer soluciones seguras a largo plazo deben seguir invirtiendo en pruebas de penetración, en una separación clara de roles y permisos, en un cifrado coherente y en el duro, y a veces desagradecido, trabajo de revisión de código con cada nuevo firmware, que en muchos casos debe adaptarse y ampliarse en plazos muy breves.
En este contexto, la tarea central es garantizar la seguridad de las comunicaciones a nivel de dispositivo. El software seguro no es un logro puntual, sino un diálogo continuo con las nuevas tecnologías y con los propios atacantes. La vigilancia constante y la revisión permanente del trabajo de desarrollo dejan de ser un eslogan para convertirse en la herramienta fundamental de defensa.
En última instancia, la comunicación es la savia vital de las empresas modernas, y la seguridad es su oxígeno. Sin una protección adecuada, el riesgo no solo afecta a la infraestructura tecnológica, sino también a la continuidad del negocio.
Mark Wiegleb, vicepresidente de Productos en Snom Technology
















