Las empresas en plena transformación digital se enfrentan a un dilema: reconocen la importancia de la confianza digital para alcanzar sus objetivos, pero no la priorizan. Un informe de ISACA revela esta preocupante dicotomía. El 77 por ciento de los encuestados cree que la confianza digital es crucial para la transformación digital, y el 82 por ciento prevé que su importancia aumentará en los próximos cinco años. Sin embargo, casi el 71 por ciento afirma que su organización no capacita a su personal en este tema y solo el 21 por ciento planea incrementar su presupuesto para ello.
Los profesionales lo tienen claro: la confianza digital es vital para el negocio. El 76 por ciento de los profesionales de IT y negocios la considera relevante, y el 65 por ciento cree que las organizaciones deberían recibir evaluaciones independientes de sus prácticas de confianza digital, con resultados públicos.
ISACA define la confianza digital como la creencia en la integridad de las relaciones y transacciones entre proveedores y consumidores dentro de un ecosistema digital. Es un indicador clave de las credenciales de seguridad de una organización.
A pesar de reconocer su importancia, el 75 por ciento de los encuestados no sabe cómo mejorarla en la práctica. Un porcentaje similar desconoce si su organización mide la madurez de sus prácticas de confianza digital.
Las consecuencias de no priorizar la confianza digital son preocupantes: el 39 por ciento de las organizaciones admiten un aumento de ciberataques y el 15 por ciento sufre más filtraciones de datos que hace un año.
El informe identifica tres obstáculos principales para alcanzar la confianza digital: la falta de capacitación y habilidades del personal (50 %), la falta de compromiso del liderazgo (42 %) y la ausencia de procesos y prácticas de gobernanza adecuados (32 %).