Recientemente ha publicado Regula las principales tendencias que definirán la verificación de la identidad en 2025, que se verá impulsada por: Amenazas emergentes que exigen una acción inmediata; desarrollos tecnológicos que redefinen lo posible; y regulaciones en evolución y expectativas crecientes de los usuarios que configuran la nueva normalidad.
Asegurando que la verificación de identidad (identity verification – IDV) enfrenta un panorama cada vez más complejo, impulsado por avances en tecnologías como los deepfakes y la evolución de amenazas tradicionales, como las identificaciones falsas. A medida que el fraude digital se intensifica, las empresas necesitan adaptarse para protegerse contra nuevas tácticas y reforzar sus sistemas existentes, aseguran desde la compañía.
En el caso de los deepfakes, se ha identificado un desafío creciente. En 2024, el 50 % de las empresas encuestadas sufrió ataques relacionados con esta tecnología, cifra que asciende al 57 % en sectores como el financiero y el cripto. Los deepfakes de audio y video, combinados con herramientas de inteligencia artificial accesibles, permiten a los atacantes superar verificaciones tradicionales basadas en selfies o biometría básica. Dado que los humanos ya no pueden detectar estos engaños fácilmente, es necesario recurrir a soluciones tecnológicas avanzadas.
Explican desde Regula que el primer paso, y el más importante, para combatir los deepfakes es controlar la fuente de la señal. Implementar esto es complicado si el proceso de verificación de identidad se realiza en un navegador web, pero algunas plataformas móviles ofrecen esa posibilidad mediante el uso de aplicaciones nativas. Sin la integridad de la fuente de la señal, incluso los sistemas de verificación más avanzados ya tienen dificultades para diferenciar entre entradas reales y falsas. También se está reforzando la biometría con tecnologías como el reconocimiento facial avanzado, escaneo en 3D, análisis de micromovimientos y detección de reflejos de luz. Estas herramientas añaden capas de seguridad y evolucionan constantemente para mantenerse al ritmo de los avances en los deepfakes.
Fraude y nuevas tecnologías
Sin embargo, las amenazas tradicionales, como los documentos físicos falsificados, siguen dominando el panorama del fraude. El 58 % de las empresas, y hasta el 76 % en el sector FinTech, reportaron intentos de fraude relacionados con documentos falsos, superando incluso los casos de manipulación generados por inteligencia artificial. Para mitigar este riesgo, «estamos viendo el surgimiento de identidades digitales, la adopción de IA para fines de VID, la integración de la verificación de identidad con otras tecnologías, etc.».
La adopción de nuevas tecnologías también está transformando la verificación de identidad. La inteligencia artificial y el aprendizaje automático son herramientas clave que permiten detectar patrones de fraude, inconsistencias sutiles y la reutilización de datos biométricos. Estas tecnologías automatizan tareas y ofrecen análisis avanzados en tiempo real, aunque requieren entrenamientos constantes para adelantarse a los estafadores. Además, las identidades digitales y credenciales móviles, como la Credencial de Viaje Digital (DTC) y las licencias de conducir móviles (mDL), están optimizando los procesos de verificación al reducir errores humanos, mejorar la seguridad y ofrecer mayor comodidad.
La verificación de identidad no es un sistema aislado, sino que forma parte de ecosistemas de seguridad más complejos que incluyen ciberseguridad, autenticación multifactor y bases de datos externas. En este contexto, la verificación no documental, basada en múltiples factores como la biometría, los documentos, el domicilio y el número de teléfono, refuerza la seguridad al proporcionar capas adicionales de autenticación.
Las regulaciones y las expectativas de los usuarios también están impulsando cambios en la verificación de identidad. Las normativas son cada vez más estrictas, como en el caso de la verificación de edad en línea, lo que exige el desarrollo de soluciones más confiables. Un ejemplo de esto es la legislación de Texas, que implementó multas de hasta 250,000 dólares por fallos en la verificación que permitan el acceso de menores a contenido inapropiado. Por otro lado, los usuarios demandan experiencias más rápidas, fluidas y personalizadas, priorizando la conveniencia sin comprometer la seguridad.
El auge del trabajo remoto e híbrido también ha planteado nuevos riesgos relacionados con identidades falsas, empleados ficticios y credenciales fraudulentas. Para abordar estos problemas, las empresas están aplicando procesos de verificación de identidad en la contratación y autenticación de empleados, lo que protege los datos sensibles y previene brechas de seguridad.