Este año se cumplen 25 años del nacimiento de Akamai. No son pocos para un sector en el que juegan multitud de empresas, quizá demasiadas, que crece a un ritmo escalofriante. Akamai nació en 1998 como una empresa de distribución de contenido tres años después de que Tim Berners-Lee, el inventor de la World Wide Web, anticipara un problema de congestión de la red. En respuesta a este desafío, Tom Leighton, profesor de ciencias de la computación de la Universidad de Harvard, pensó que a través de las matemáticas aplicadas podría solucionar el problema. Lo contaba Francisco Arnau, responsable de la compañía en España y Portugal desde hace más de 17 años, durante el Akamai World Tour que se celebra cada año.
Explicaba Arnau que Tom Leighton desarrolló un algoritmo matemático que permitía distribuir el contenido web en una red global de servidores conectados. Esta tecnología, conocida como «Anycast», permitía a los usuarios acceder al contenido web más cercano a su ubicación geográfica, lo que reducía significativamente el tiempo de espera.
Hoy la compañía habla de Akamai Connected Cloud, una plataforma que propone una nueva diferente de distribuir el contenido y ofrece latencia reducida debido a que los servidores Edge de Akamai están ubicados más cerca de los usuarios finales que los proveedores de nube tradicionales; mejor seguridad; mayor escalabilidad y costes reducidos.
Akamai es la empresa responsable de entregar entre el 25 y el 30 por ciento del tráfico mundial. Entendiendo que la visibilidad que le ofrece saber cómo y dónde se mueve el contenido dentro de la red tiene un valor sin igual, la compañía miró más allá de la entrega de contenido pensando que “la ciberseguridad no estaba distribuida, no era lo suficientemente segura y no era eficiente”, contaba Francisco Arnau, añadiendo que Akamai supo solucionar la dicotomía existente entre seguridad y rendimiento. En 2003 la compañía lanzó su primer WAF (Web Application Platform) que utilizaba una combinación de reglas predefinidas y personalizadas para bloquear el tráfico malicioso.
Teniendo como misión “mantener a las empresas, las aplicaciones y los datos a salvo de los ciberataques”, explicaba Francisco Arnau que la propuesta de seguridad de la compañía combina seguridad de las infraestructuras, con protección DNS y DDoS; seguridad de las aplicaciones, donde se incide en la seguridad de las APIs; y Seguridad Zero Trust. Todo ello con una capa de Servicios Gestionados que ayudan a las empresas a mejorar la eficiencia de la seguridad.