Bajo un panorama de ciberamenazas cada vez más exacerbado y complejo, las empresas e instituciones públicas se enfrentan al reto de articular estrategias de ciberseguridad que no solo protejan sus infraestructuras, sino que, también, se adapten a los requerimientos de las distintas regulaciones.
NIS2, por ejemplo, ha puesto de manifiesto la imposición de que las entidades europeas identificadas como críticas o esenciales gestionen la ciberseguridad de sus redes y sistemas de información bajo un prisma de prevención, bloqueo y respuesta. Esto las obliga a adoptar requisitos más estrictos, incluidas prácticas básicas de higiene cibernética como los principios de confianza cero.
Zero Trust, una evolución marcada por la digitalización
Presentado en su momento como un nuevo paradigma de seguridad frente al modelo tradicional basado en el perímetro, Zero Trust mantiene su principio rector: “nunca confiar, siempre verificar”, pero ha ido evolucionando, adaptándose a los desafíos de un entorno en continuo cambio.
Así, y ante el aumento de ciberataques y amenazas complejas que, como el ransomware y las exfiltraciones de datos, afectan a todo tipo de organizaciones, Zero Trust se ha establecido como una solución de defensa robusta contra estos ataques. Una estrategia de confianza cero reduce la exposición de la red y minimiza el riesgo de que, en caso de producirse una brecha, el atacante pueda moverse lateralmente dentro de los sistemas.
El crecimiento de los entornos multi nube ha propiciado también la transformación de Zero Trust. De cara a abordar las complejidades de la seguridad en plataformas en la nube, han visto la luz soluciones destinadas a proteger el acceso a aplicaciones y recursos mediante autenticación continua y el principio de privilegios mínimos. En España, este cambio ha sido especialmente relevante en empresas con una elevada dependencia de SaaS y servicios en la nube, como las tecnológicas y telcos.
La adaptación a los modelos de trabajo híbrido, sobre todo en entornos donde el teletrabajo sigue siendo habitual (servicios profesionales, tecnología, consultoría…) ha llevado a muchas compañías a asumir un enfoque de confianza cero para proteger el acceso remoto, pero también, para gestionar de manera dinámica el acceso en función del contexto: ubicación, dispositivo o nivel de riesgo.
Las regulaciones en torno a la protección de datos y la ciberseguridad han seguido avanzando en Europa y España. GDPR, o la ya citada NIS2, exigen a las organizaciones elevados niveles de seguridad y transparencia en la protección de datos. Al implementar controles de acceso estrictos y registros detallados de auditoría, el modelo Zero Trust ayuda a estas entidades a cumplir con las diferentes normativas, reduciendo el riesgo de sanciones. Este aspecto resulta de especial relevancia en verticales con una alta carga regulatoria, como el financiero o los servicios públicos.
Un modelo escalable y adaptable
A la vista está que, a medida que más empresas españolas aprovechan los beneficios prácticos de Zero Trust, este paradigma está dejando atrás esa carga de complejidad asociada, para convertirse en una opción realista de inversión en ciberseguridad. Cada vez más, la estrategia de Confianza Cero se entiende como un modelo escalable, adaptable que protege contra las amenazas, pero que también, mejora la visibilidad, la eficiencia y el control de acceso en la red.
Y en esta evolución tecnológica, de concienciación y de difusión en España, el ecosistema de organizaciones especializadas en ciberseguridad está jugando un papel trascendental.
A través de programas de educación, demostraciones prácticas y consultoría estratégica, los proveedores están ayudando a las empresas a comprender el modo en que Zero Trust puede integrarse en sus entornos de manera efectiva. Esto está resultando significativo en su adopción, ya que muchos líderes empresariales requieren asesoría para implementar este modelo de forma conveniente y aprovechar al máximo sus beneficios.
En este terreno, Distribuidores de alto valor añadido como Exclusive Networks están resultando claves como apoyo a su canal, a través de servicios de financiación, soluciones tecnológicas innovadoras, soporte técnico y consultoría, plataformas de servicios gestionados y, por encima de todo, formación.
Los partners son, en última instancia, los responsables de transmitir las ventajas y la verdadera dimensión de este enfoque a sus clientes. Zero Trust no debe ser entendido como una tecnología o una herramienta aislada. Muy al contrario, se trata de un modelo integral que requiere transformaciones en toda la arquitectura de seguridad y en la forma en que son gestionados los accesos y permisos. Zero Trust representa un cambio significativo a nivel tecnológico, pero, sobre todo, cultural.
Javier Jurado, Director de Desarrollo de Negocio en Exclusive Networks Iberia