Con el objetivo de garantizar un acceso transfronterizo seguro, de confianza y sin incidencias a servicios públicos y privados en la UE, los organismos europeos han alcanzado un acuerdo provisional sobre los elementos principales del nuevo marco para una identidad digital europea.
El Reglamento supone un cambio de paradigma. Mediante una cartera digital personal almacenada en el teléfono o dispositivo móvil, cada persona y empresa disfrutarán de una identificación y una autenticación electrónicas para acceder los servicios digitales de manera segura y fiable.
La normativa, que aún debe pasar por las fases de aprobación, permitirá a todos los residentes en la UE utilizar los dispositivos móviles para llevar consigo sus documentos de identidad y utilizarlos para acreditarse y acceder a servicios públicos y privados en todos los Estados miembros. Según los cálculos de la UE, de aquí a 2030 al menos el 80% de sus ciudadanos deberían poder utilizar una solución de identidad digital para acceder a servicios públicos esenciales, identificándose de forma segura en cualquiera de los países miembros para realizar trámites como solicitar un certificado de nacimiento, embarcar en un avión o pedir un préstamo.
Valorando positivamente la generación de esta cartera de identidad digital, Sebastián Stranieri, CEO&Founder de VU, cree que debe irse más allá, “ya que nuestra identidad digital nunca ha estado tan fragmentada, repartida en los miles de interacciones que realizamos continuamente con los sistemas digitales. Por eso las especificaciones técnicas de la normativa deberían incidir en mecanismos de protección únicos como la biometría”.
VU, compañía global de ciberseguridad especializada en la protección de la identidad digital y la prevención del fraude propone mantenerla integridad de la ‘online persona’ de manera infalible. Propone proteger una identidad digital creada en base a toda la información que el mundo virtual ha acumulado sobre nosotros: una biometría exacta de nuestros parámetros físicos reales (nuestra huella retinal, el reconocimiento facial de nuestro rostro, o el tono y modulación de nuestra voz), combinada con la geolocalización del usuario y el análisis de su comportamiento basado en el machine learning.
Autenticación continua
En opinión de Stranieri, “la identidad digital es mucho más que un certificado nacional o europeo que garantice que esa persona es quien dice ser. Debe tratarse como un proceso de autenticación continuo, en el que el usuario es visto como un todo en su conjunto de atribuciones, en vez de un grupo de credenciales heterogéneas esparcidas por diferentes webs y aplicaciones, cada una con diferentes niveles de seguridad, para seguir identificando los valores que acreditan una identidad digital veraz”.
Aseguran desde la compañía que la propuesta europea de cartera digital sí facilitará el pleno control de los datos personales. Cada usuario podrá limitar la información que comparta a lo estrictamente necesario -como por ejemplo demostrar la edad sin revelar el nombre, la nacionalidad o el género, “algo por lo que en VU llevamos tiempo apostando”, concluye Stranieri.