La inteligencia artificial, especialmente la generativa, está transformando radicalmente la interacción con el mundo digital. Previendo que, para 2025, el panorama se vuelve aún más complejo, Rich Turner, presidente de EMEA de CyberArk, comparte las predicciones clave para el próximo año.
Haciendo referencia a las principales amenazas de ciebrseguridad para 2025 asegura el directivo que la inteligencia artificial, motor de la innovación, se convertirá en un nuevo objetivo para los ciberatacantes en 2025. La creación masiva de identidades de máquina para alimentar estos modelos, junto con su frecuente alojamiento en la nube, generará una superficie de ataque sin precedentes, comenta Rich Turner, añadiendo que la pregunta clave es: ¿cómo proteger las identidades de máquina y los datos sensibles que alimentan los modelos de IA?
La inteligencia artificial generativa (GenAI) está revolucionando la ciberseguridad. Si bien el talento humano sigue siendo fundamental, la escasez de habilidades en el sector plantea un desafío. En opinión de Rich Turner, la GenAI emerge como una solución prometedora, automatizando tareas rutinarias y liberando a los expertos para enfocarse en estrategias más sofisticadas. Con su capacidad de aprendizaje adaptativo, comprensión contextual y procesamiento de datos multimodal, la GenAI va más allá de la detección de anomalías, anticipando amenazas y ofreciendo una respuesta más proactiva. Al superar las limitaciones de la IA tradicional, la GenAI no sólo aumenta la eficiencia, sino que se convierte en un arma estratégica en la lucha contra el cibercrimen; “la IA no es solo una protección: es el eje de nuestra estrategia para superar las amenazas cibernéticas”, dice el directivo.
Recuerda el presidente de EMEA de CiberArk que los ataques a las identidades de los desarrolladores representan una grave amenaza para las organizaciones. En 2024, los ciberdelincuentes demostraron que pueden infiltrarse fácilmente en las redes corporativas a través de estas cuentas. En 2025, “este riesgo se amplificará, poniendo en peligro datos sensibles y sistemas críticos”. Las empresas deben priorizar la protección de las identidades de sus empleados para evitar costosas brechas de seguridad»