La migración a la nube, de la que tanto tiempo llevamos hablando, se ha acelerado en los últimos años. Adoptar los entornos cloud, incluso cuando son públicos y en modelos as-a-service, no significa que la seguridad deba ser olvidada. “El uso de la cloud nativa puede impulsar la innovación, acelerar la velocidad de comercialización y generar ahorros que impulsen un nuevo crecimiento… Pero lograr una seguridad en la cloud nativa que sea eficiente, flexible, distribuida y resistente, es difícil”, aseguran desde Check Point.
Aunque para muchos las herramientas de seguridad de los proveedores de nube pública son suficientes, hay que entender a qué se enfrentan las empresas, sobre todo cuando se estima que, para 2023 se desarrollarán y alojarán más de 500 millones de aplicaciones y servicios digitales a través de medios del cloud nativo.
Uno de los desafíos que generan los entornos de cloud nativa es la falta de visibilidad. Según Chek Point, los propietarios “no pueden estar seguros de los elementos de seguridad relacionados con el entorno en el que se hospeda la aplicación”, por lo que pasa a ser tarea del departamento de TI el rastrear cada recurso y agregarlo a la aplicación.
La nube es otro vector de amenaza que los ciberdelincuentes explotan activamente, lo que lleva a Check Point a asegurar que las empresas necesitan seguridad cloud que pueda defenderse de ataques de fuerza bruta, phishing e inyecciones SQL.
Los entornos multicloud requieren de una centralización de políticas que hagan que la administración de la seguridad cloud sea más uniforme y exitosa.
Junto con los retos que supone garantizar la seguridad de entornos de nube nativos, Check Point propone tres mejoras que considera clave para impulsar la seguridad en el cloud. Habla en primer lugar de mejorar la visualización de informes periódicos que permitan evaluar rápidamente la postura de seguridad de las empresas; la automatización de reglas y políticas y mantenerse al día con los cambios.