“La inteligencia de amenazas juega un papel crucial en la protección de activos críticos”, ha dicho Jan Miller, CTO de Threat Analysis en OPSWAT, añadiendo que comprender el panorama de amenazas en evolución “permite a las organizaciones mantenerse un paso por delante de los actores maliciosos”. Las declaraciones forman parte de un estudio presentado por la compañía donde se recoge, entre otras cosas, que solo el 22 por ciento de las empresas encuestadas cuentan con programas de inteligencia de amenazas completamente maduros, y la mayoría indica que solo se encuentran en las primeras etapas o necesitan realizar inversiones adicionales en herramientas y procesos. El 62% de las organizaciones reconocen la necesidad de inversiones adicionales en herramientas y procesos para mejorar sus capacidades de inteligencia de amenazas.
El informe, presentado durante el Black Hat USA, también indica que un 11 % de los encuestado ya están utilizando Inteligencia artificial para la detección de amenazas, y que, mientras que un 56 % es optimista respecto a sus usos en el futuro, un 27 % son escépticos
Asegura OPSWAT que para combatir las ciberamenazas de manera efectiva, las organizaciones confían en la inteligencia de amenazas procesable recopilada a través de sandboxes y tecnologías y procesos avanzados de análisis de malware, un enfoque proactivo que permite a las organizaciones fortalecer las defensas de su infraestructura, mejorar las capacidades de respuesta a incidentes y adaptar las estrategias de seguridad en función de las amenazas específicas que es probable que encuentren.
La encuesta, en la que han participado 300 profesionales de TI responsables de la detección, el análisis y la respuesta de malware dentro de sus organizaciones, revela que las empresas enfrentan desafíos comunes, incluida la detección de malware conocido y desconocido (68 %), lidiar con soluciones inadecuadas basadas en firmas (67 %) y lidiar con herramientas fragmentadas (54 %).