No todos los riesgos y amenazas llegan de fuera. Hiscox, especializada en seguros para empresas y profesionales, enumera algunos de los principales riesgos a los que pueden enfrentarse las empresas TIC tras el despido de empleados y ante los que, por tanto, deben estar protegidas.
Un exempleado desleal puede convertirse en el principal enemigo de una empresa. Un caso muy conocido es el del fundador de la compañía TIC Esselar, que, tras abandonarla, planeó durante meses una venganza en la víspera de una presentación a un cliente importante de la empresa, que consistió en el hackeo de los teléfonos móviles de alrededor de 900 empleados del cliente, eliminando toda su información. Esta situación culminó con la ruptura de las relaciones entre ambas compañías, demandas, daños reputacionales y un prácticamente obligado cambio de imagen y marca.
El descontento puede llevar, tanto a empleados en activo como a exempleados, o ex socios a descargar difamaciones en algún medio de difusión, como las redes sociales. Estas difamaciones pueden afectar directamente a la imagen y a la reputación, provocando pérdidas económicas en función de la gravedad de las afirmaciones.
Las fugas y robos de datos están a la orden del día. No es raro que cuando un empleado sale de una empresa decida llevarse algún tipo de objeto o información que, de acabar en manos de la competencia puede generar un serio perjuicio. Según datos de Gesprodat, el 77 % de las empresas han sufrido al menos un intento de robo de datos sensibles por parte de empleados.
También puede darse el caso de que, contratado un trabajar, éste utilice código propietario de la empresa anterior. En este caso el perjuicio es para la empresa que pierde el código y para el que lo usa sin saber, porque incurre en problemas con derechos de propiedad intelectual, por lo que las consecuencias pueden alcanzar cierta gravedad.