Mientras Estados Unidos anuncia recortes significativos en sus programas federales de ciberseguridad, la Unión Europea avanza en sentido contrario. Europa y países como España están incrementando la inversión, fortaleciendo la regulación y mejorando sus capacidades para hacer frente a las amenazas digitales. ESET analiza cómo estas decisiones contrapuestas pueden afectar al equilibrio global en el ámbito digital.
“El cibercrimen está en auge y retroceder no es una opción”, destaca Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España. “Europa ha entendido que no hay transformación digital sin protección digital, y apuesta por una estrategia basada en prevención, cooperación e inversión”.
Estados Unidos reduce su apuesta en plena escalada de amenazas
El presupuesto propuesto para 2026 en EE. UU. contempla un recorte cercano a los 500 millones de dólares en la CISA, además de la supresión de programas clave para combatir la desinformación y proteger infraestructuras críticas. Más de 1.000 profesionales podrían perder su puesto.
Estos recortes también impactan a empresas que dependen de contratos federales, afectando tanto a la vigilancia como a la innovación tecnológica.
Europa acelera su estrategia común
La UE ha lanzado medidas como la Ley de Cibersolidaridad, que contempla una red de Centros de Operaciones de Ciberseguridad (SOC) y una reserva de respuesta rápida. Además, el programa Europa Digital 2025-2027 destina 1.300 millones de euros a impulsar tecnologías estratégicas como la inteligencia artificial y la ciberseguridad. También se avanza en la creación de una Base de Datos Europea de Vulnerabilidades, gestionada por ENISA.
Nuevas normativas, como la Directiva NIS2 y la Ley de Ciberresiliencia, establecen obligaciones claras para empresas críticas, elevando el nivel de protección en todos los sectores.
España, un ejemplo destacado
España ha reforzado su estrategia con un plan extraordinario de 1.157 millones de euros centrado en infraestructuras críticas, el sector público y la ciberdefensa. Este esfuerzo se suma al Plan Nacional de Ciberseguridad y a la creación de centros como el SOC para redes 5G o el Centro Nacional de Ciberseguridad.
El último informe de ESET sitúa a España como el segundo país del mundo con más amenazas detectadas. A nivel internacional, destaca por su nivel de preparación y capacidad de respuesta.
Colaboración y efecto tractor
Frente a los recortes estadounidenses, Europa apuesta por una colaboración activa entre el sector público y privado. Las empresas de ciberseguridad podrán integrarse en la futura reserva europea de respuesta, participar en convocatorias de financiación y acceder a certificaciones comunes a nivel europeo que reconozcan la calidad de sus servicios.
Este modelo no solo eleva el nivel tecnológico, sino que también impulsa la creación de empleo y la formación especializada. Muchos programas incluyen la capacitación de nuevos perfiles profesionales y el fomento de la educación digital.
La ciudadanía también se beneficia de este enfoque: escuelas protegidas, servicios digitales más seguros y una mayor protección de los datos personales se traducen en un entorno digital más confiable y resiliente para todos.