“La resiliencia y la continuidad del negocio son claves en la industria, porque fabricación es igual a ingreso”, afirma Pedro Jorge Viana, Head of Presales de Kaspersky para Iberia, Reino Unido e Irlanda. Desde su perspectiva, el impacto de un ciberataque en una planta industrial trasciende lo tecnológico: compromete directamente la capacidad de producción y, por tanto, los resultados económicos.
Kaspersky aborda este desafío con una aproximación holística, que combina visibilidad, monitorización y protección de dispositivos industriales, incluidos los sistemas más antiguos. “Nuestro ecosistema industrial es muy variado, con equipos que van desde servidores modernos hasta dispositivos con menos de un gigabyte de memoria. Nuestra solución se adapta a todos ellos, incluso a sistemas operativos como Windows XP”, explica.
El objetivo es ofrecer protección y monitorización en todos los niveles, desde la red hasta el endpoint, integrando capacidades EDR y XDR para detectar, investigar y bloquear amenazas sin interrumpir el proceso productivo.
En la actual convergencia entre IT, OT e IoT, la visibilidad es la clave. “Proteger cada dispositivo IoT de forma aislada es casi imposible. Lo que debemos hacer es securizar el entorno donde se encuentra”, subraya. Para ello, Kaspersky apuesta por la monitorización de red, que permite detectar comportamientos anómalos —como una conexión inesperada con un servidor de command and control— y actuar con rapidez.
“Cuando entiendes el contexto de lo que ocurre, puedes decidir si desconectar un dispositivo o aislar un segmento, minimizando el impacto”, añade Viana.
El responsable de Kaspersky destaca que, junto a NIS2 y DORA, la norma IEC 62443 se ha convertido en “la Biblia” de la ciberseguridad industrial. “Cumplir al cien por cien es complicado, pero hay que aspirar al máximo”, señala. Su plataforma cubre protección de endpoints, monitorización, inventario de vulnerabilidades y auditorías de seguridad, ofreciendo así cumplimiento normativo y resiliencia real.
“El cumplimiento no es sólo una obligación legal: es el camino hacia una industria más segura y operativa”, concluye.















