Cisco ha presentado en Europa su nueva propuesta Sovereign Critical Infrastructure, una oferta de hardware y software diseñada para responder a la creciente demanda de control y autonomía sobre la infraestructura digital y los datos. El porfolio, disponible a partir de septiembre de 2025 a través de la propia compañía y de sus partners estratégicos, está orientado a sectores altamente regulados y a aquellas organizaciones que necesitan garantizar que sus sistemas esenciales permanezcan bajo gestión local.
La propuesta abarca soluciones de routing, switching, conectividad inalámbrica, colaboración y terminales seleccionados, todas reforzadas con las capacidades de seguridad y observabilidad de Cisco y Splunk. Una de sus características más destacadas es que se puede implementar de manera local, bajo control directo de los clientes, y está configurada para funcionar en entornos aislados, lo que elimina la posibilidad de que Cisco pueda desactivar los productos de forma remota. Además, cumple con los principales estándares y certificaciones europeos, y ya tiene definida una hoja de ruta para obtener la nueva Certificación de Ciberseguridad de la Unión Europea (EUCC).
El lanzamiento busca responder a las necesidades de gobiernos, entidades financieras, proveedores sanitarios y compañías de sectores críticos que afrontan exigencias normativas cada vez más estrictas. También abre la puerta a que iniciativas de innovación como las AI factories construyan en Europa centros de datos que sienten las bases de una infraestructura de inteligencia artificial soberana.
Para Gordon Thomson, presidente de Cisco en EMEA, el anuncio refleja la voluntad de “ofrecer a los clientes la posibilidad de mantener el control sobre su infraestructura digital y sus datos, al tiempo que se les da libertad para elegir los modelos de implementación más adecuados a sus estrategias de seguridad y objetivos de negocio”.
El contexto de la soberanía digital
El anuncio de Cisco se enmarca en un debate que Europa lleva más de una década impulsando: el de la soberanía digital. Este concepto comenzó a cobrar fuerza a principios de los años 2010, cuando los gobiernos europeos empezaron a alertar sobre la dependencia tecnológica respecto a grandes proveedores internacionales. El punto de inflexión llegó en 2013, tras las revelaciones de Edward Snowden, que destaparon programas masivos de vigilancia y pusieron de manifiesto la vulnerabilidad de los datos europeos.
Desde entonces, la Unión Europea ha ido construyendo un marco regulatorio para reforzar su autonomía tecnológica. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), aprobado en 2018, fue el primer gran paso, otorgando derechos a los ciudadanos y obligando a las empresas a gestionar la información con criterios claros de seguridad y privacidad. Posteriormente, iniciativas como NIS2, DORA o el AI Act han ampliado la protección, centrándose en la resiliencia de infraestructuras críticas, la estabilidad del sistema financiero y el uso responsable de la inteligencia artificial.
Pero la soberanía digital no es solo cuestión de leyes. Europa busca también disponer de sus propias infraestructuras —desde centros de datos hasta servicios cloud— que aseguren independencia en momentos de tensión geopolítica o de crisis global. Iniciativas como Gaia-X han tratado de impulsar ese camino hacia un ecosistema menos dependiente de proveedores extranjeros y más alineado con los intereses europeos.
En este contexto, la oferta de Cisco Sovereign Critical Infrastructure se presenta como un paso significativo. Aporta una alternativa tecnológica que combina innovación con cumplimiento regulatorio y refuerza la aspiración de Europa de construir un entorno digital seguro, resiliente y, sobre todo, autónomo.