La Autoridad de Protección de Datos de Italia anunció el pasado viernes la prohibición de ChatGPT, el chatbot de OpenAI, mientras realiza una investigación sobre una presunta violación de las reglas de recopilación de datos de la aplicación de inteligencia artificial.
La agencia acusa a ChatGPT de no verificar la edad de sus usuarios, que se supone que deben tener 13 años o más. Según indican, ChatGPT tiene una “ausencia de cualquier base legal que justifique la recopilación y el almacenamiento masivo de datos personales para entrenar” al chatbot. OpenAI tiene 20 días para responder o podría arriesgarse a una multa de hasta el 4 % de su facturación mundial anual.
Si bien algunas escuelas públicas y universidades de todo el mundo han bloqueado ChatGPT de sus redes locales por preocupaciones de plagio estudiantil, la acción de Italia es la primera restricción a escala nacional de una plataforma de IA convencional por parte de una democracia.
Desde su lanzamiento público hace cuatro meses, ChatGPT se ha convertido en un fenómeno global, acumulando millones de usuarios impresionados por su capacidad para crear contenido escrito convincente, incluidos ensayos académicos, planes de negocios y cuentos. Pero también han surgido preocupaciones sobre su rápida propagación y lo que podría significar la adopción a gran escala de tales herramientas para la sociedad, ejerciendo presión sobre los reguladores de todo el mundo para que actúen.
El rápido desarrollo de la tecnología ha atraído la atención de los legisladores de varios países. Muchos expertos dicen que se necesitan nuevas regulaciones para regular la IA debido a su impacto potencial en la seguridad nacional, el empleo y la educación.
La Unión Europea está finalizando reglas sobre el uso de inteligencia artificial. Mientras, las empresas de la UE deben cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos, o GDPR, así como con la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, que se aplican a las plataformas tecnológicas.