La gestión de vulnerabilidades lleva tiempo atrapada en un problema recurrente: demasiadas alertas y poco contexto sobre cuáles suponen un riesgo real. En este escenario, Synack y Tenable han anunciado una alianza estratégica con un objetivo claro: ayudar a los equipos de seguridad a centrar sus esfuerzos en las vulnerabilidades que de verdad pueden explotarse.
El acuerdo combina las capacidades de Tenable Vulnerability Management, orientadas a ofrecer una visibilidad amplia y actualizada del estado de seguridad de los entornos TI, con la plataforma de penetration testing as a service (PTaaS) de Synack. El resultado es una aproximación más práctica a la gestión del riesgo, donde la detección se complementa con validación real y priorización inteligente.
Uno de los elementos clave de esta integración es Sara, el marco de IA agéntica de Synack, diseñado para clasificar vulnerabilidades a gran escala y apoyar el triaje inicial. Este análisis automático se ve reforzado por el Synack Red Team, una comunidad global de más de 1.500 hackers éticos que se encargan de validar si los fallos detectados son realmente explotables en el entorno del cliente y si las correcciones aplicadas funcionan como se espera.
Menos alertas, más contexto y decisiones más rápidas
La alianza busca responder a tres retos muy concretos. El primero, reducir la fatiga de alertas: al cruzar los datos de Tenable con el triaje de Synack, los equipos pueden filtrar el ruido y centrarse en las vulnerabilidades que suponen un riesgo inmediato. El segundo, escalar las pruebas de penetración de forma continua, validando de manera realista superficies de ataque cada vez más amplias y complejas. Y el tercero, acelerar la remediación, al ofrecer información accionable, validación de parches y verificación constante.
En un contexto en el que la inteligencia artificial está siendo utilizada tanto por atacantes como por defensores, esta integración apuesta por un enfoque híbrido: la velocidad y capacidad de análisis de la IA, combinadas con la experiencia y el criterio humano. Una fórmula que busca anticiparse a amenazas cada vez más sofisticadas y reducir el tiempo que transcurre entre la detección de una vulnerabilidad y su cierre efectivo.
















