Kaspersky “reducirá gradualmente” sus operaciones en Estados Unidos a partir del 20 de julio, según un comunicado de la empresa moscovita, donde asegura que, tras 20 años operando en este país, “la empresa ha examinado y evaluado cuidadosamente el impacto de los requisitos legales de Estados Unidos y ha tomado esta triste y difícil decisión, ya que las oportunidades de negocio en el país ya no son viables”.
A finales de junio, el Departamento de Comercio de Estados Unidos asestó un duro golpe a la empresa, prohibiendo la venta y distribución de sus productos. La razón que esgrimieron las autoridades es que Kaspersky representa una amenaza para la seguridad nacional.
Las acciones del Departamento de Comercio no terminaron ahí. Kaspersky Lab, junto a su empresa matriz rusa Kaspersky Group y Kaspersky Labs Ltd. del Reino Unido, fueron incluidas en la Entity List, una medida que restringe severamente sus operaciones comerciales al impedir que las empresas estadounidenses pueden hacer negocios con ellas. La acusación: presuntamente colaborar con las agencias militares y de inteligencia rusas en sus actividades de ciberinteligencia.
La empresa, que entró en el mercado estadounidense en 2005, tiene operaciones en docenas de países en todo el mundo y emplea a miles de personas para atender a cientos de millones de clientes comerciales y consumidores.
Para rematar, un día después, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a doce ejecutivos y altos cargos de la empresa, señalándolos por su participación en el sector tecnológico ruso.
Kaspersky lleva casi veinte años operando en Estados Unidos, proporcionando incluso productos y servicios a agencias gubernamentales. Los últimos años ha crecido la presión por parte de algunos gobiernos por temor al posible control e influencia del gobierno ruso.
En 2017, la administración Trump prohibió el uso de los productos y servicios de Kaspersky en agencias federales debido al riesgo de espionaje y varios países europeos siguieron su ejemplo.
Kaspersky respondió lanzando iniciativas de transparencia y adoptó otras medidas para limpiar su nombre, pero la guerra de Rusia contra Ucrania ha tenido un impacto significativo en su reputación en Occidente.
Por cierto que la prohibición impuesta a Kaspersky no sólo le prohíbe vender su software en el país, sino también proporcionar actualizaciones de software que ya se esté utilizando. Kaspersky no podrá instalar software en empresas estadounidenses a partir del 20 de julio ni enviar actualizaciones de productos a partir del 29 de septiembre.
A través de un mensaje donde agradece a sus clientes por elegir y confiar en sus productos a lo largo de los años, la compañía ofrece algunos de sus programas de seguridad de forma gratuita durante medio año.