Stormshield cumple 25 años desde sus inicios, que empezaron con el nacimiento de Netasq en 1998, coincidiendo con la creación del primer firewall con IPS integrado. En 2004 Netasq compraría la empresa Intranode, especializada en la gestión de vulnerabilidades, y cuya tecnología fue aprovechada por Netasq para añadir capacidades de detección de vulnerabilidades y análisis de tráfico a sus soluciones UTM.
En paralelo a la vida de Netasq nacía, en el año 2000 Arkoon, que lanzaría una propuesta de UTM con una solución antivirus integrada que cuaro años más tarde incorporarían el que aseguran que fue la primera protección antimalweare no basada en firmas sino en conductas del mercado. En 2006 Arkoon compró MSI y su solución de cifrado de archivos, SecurityBox, que más tarde se llamaría Stormshield Data Security; y en 2009 adquirió SkyRecon Systems y su tecnología para protección de estaciones de trabajo y servidores que se convertiría en Stormshield Endpoint Security.
En 2012 Airbus Defence & Space, ahora Airbus Security, compró ambas empresas, Arkoon y Netasq, que se convertirían posteriormente en Stormshield, con una propuesta de seguridad para redes, endpoint, datos y operaciones de seguridad.
Asegura Borja Pérez, director de Stormshield para España y Portugal, que durante estos 25 años ha habido muchos cambios, sobre todo a nivel de “despegue de todas las tecnologías de ciberseguridad, una mayor concienciación y un mayor presupuesto de ciberseguridad”.
La seguridad perimetral, el firewall, sigue siendo el negocio más importante de Stormshield. Destaca Borja Pérez que también es importante el negocio de seguridad endpoint, sobre todo porque cuando las de Stormshield llegaron al mercado español “no había soluciones similares y nos hicimos un hueco”. Reconoce el directivo durante la entrevista que se esperaba un cambio y que el porcentaje de ventas en seguridad perimetral “y que aumentase mucho el de Servicios y veo que va un poco más lento de lo que imaginaba”
Ser empresa europea en el mercado de seguridad… “nos está ayudando en ciertos sectores y en estos momentos de más incertidumbre geopolítica”, dice Borja Pérez, añadiendo que la visibilidad de los problemas geopolíticas es ahora mayor, pero que “con la administración Obama ya se estaba espiando a Merkel o a países aliados”. Ser empresa europea, añade, “nos está ayudando también cada vez más en la administración pública”.
Las demandas del mercado
“Nos demandan herramientas sencillas de utilizar”, dice el directivo de Stormshield cuando le preguntamos qué es lo que está demandando. Añade que “los fabricantes debemos hacer un esfuerzo por facilitar el uso y el acceso a tecnologías de seguridad”. Stormshield Data Security, para la securización y cifrado de datos, se puede utilizar por parte de cualquier tipo de usuarios de forma completamente transparente.
El mercado también pide “seguridad en los productos. Explica que muchas veces se prima el desarrollo de cada una de las funcionalidades que se añaden a los diferentes productos, “pero hay que tener en cuenta qué vulnerabilidades puede traer una nueva funcionalidad”, por lo que desde Stormshield se pone mucho foco “en la seguridad de cada una de las funcionalidades, en aislar cada uno de los micro servicios para que no impacte en el resto”.
Asegurando que el mercado industrial es muy heterogéneo, comenta Borja Pérez que el principal problema al que se están enfrentando los responsable de seguridad de estos entornos, “y lo estamos viendo en muchos proyectos, es que los expertos en ciberseguridad normalmente no entienden de procesos industriales, y los expertos de procesos industriales no entienden de ciberseguridad. En proyectos en empresas grandes, lo primero que han hecho ha sido organizar equipos mixtos de gente de procesos y gente de ciberseguridad para entender las necesidades de cada uno y poder acometer esos proyectos”.
Añade como segundo reto el de los presupuestos, reconociendo que no es algo exclusivo de los entornos industriales, a lo que se suma “lo sensible que es la industria a meter cualquier elemento adicional dentro de una planta. Tiene que ser con paradas programadas y muy medido”.
Haciendo frente a 2023 con optimismo
Este año parece arrancar con cierta preocupación por la economía. Son varias las empresas tecnológicas que anuncian despidos y cierta alerta. Sin embargo, Borja Pérez es optimista con 2023. Comenta que “llevamos dos años muy buenos, con crecimientos muy grandes en España. Por eso también estamos invirtiendo y añadiendo gente al equipo”, y añade que “somos afortunados de estar en un sector al que la crisis le está afectando menos, y creo que con fondos europeos, con la trasposición NIS 2 somos optimistas y tenemos una previsión de hacer un buen año también de beneficios”.