Hace años que los responsables de ciberseguridad saben que, antes o después, serán atacados. Nada mejor que estar preparados para cuando llegue el momento de forma que la recuperación y vuelta a la actividad sea lo más rápida posible.
Experta en servicios de gestión y protección de los datos, Commvault propone tres aspectos a tener en cuenta. En primer lugar, tener un plan de respuesta ante incidentes con una clara definición de funciones y responsabilidades. Además de practicado este plan debe verse acompañado por un plan de comunicación que permita mantener informados a clientes, socios y auditores sobre la situación.
El segundo elemento es tener un buen backup, y practicar también la restauración, porque si
se pueden restaurar los datos, se podrá reanudar la actividad normal. Pero eso depende de tener un backup fiable y eficaz.
Las organizaciones adoptan diversas aproximaciones para hacer backup de sus datos como parte de la preparación para la recuperación. Sin embargo, con demasiada frecuencia existe una falsa sensación de seguridad.
Por último, hay que adoptar una defensa proactiva. Una de las innovaciones de seguridad más prometedoras de los últimos años es la tecnología de ciberengaño, que busca poner trampas y señuelos que permiten detectar e interceptar las amenazas, además de ofrecernos información valiosa sobre lo que están buscando los ciberdelincuentes.
Cuantos más obstáculos y distracciones se proporcionen a los intrusos y cuantas más oportunidades haya para que dejen huellas, más tiempo ganarán la organización y su equipo de seguridad para detectar y responder a los intrusos.