La plataforma intuitiva de Instagram ha revolucionado la manera en que las empresas se conectan con sus audiencias. Sin embargo, esta misma accesibilidad ha creado una vulnerabilidad significativa: la suplantación de identidad. Esta ocurre cuando ciberdelincuentes crean cuentas falsas que se hacen pasar por empresas legítimas o por sus ejecutivos.
Aunque Meta, la empresa matriz de Instagram, ofrece mecanismos para denunciar estas cuentas, el proceso suele resultar frustrante e ineficaz. Líderes empresariales reportan retrasos prolongados en la eliminación de cuentas falsas, algunas de las cuales operan sin obstáculos durante meses o incluso años. El alcance de este problema es enorme y otorga a los ciberdelincuentes una influencia y credibilidad significativas, lo que hace que sus actividades engañosas sean aún más peligrosas para las empresas y sus partes interesadas.
El impacto de la suplantación de identidad en Instagram va mucho más allá de una simple molestia. Estas cuentas falsas actúan como vectores para ciberataques sofisticados que pueden causar daños sustanciales a las empresas. Se trata de una táctica común que implica el uso de cuentas suplantadas para recolectar información sensible que, cuando los ciberdelincuentes se hacen pasar por empresas confiables, pueden convencer a usuarios desprevenidos de compartir información personal, credenciales de acceso u otros datos confidenciales.
La «malvertising», o publicidad engañosa, representa otra amenaza grave. Las cuentas falsas de empresas pueden distribuir anuncios que contienen malware o enlaces a sitios web maliciosos, comprometiendo potencialmente a los usuarios que creen estar interactuando con contenido legítimo. Esto no solo pone en riesgo a los clientes, sino que puede dañar gravemente la reputación de una empresa cuando estos ataques salen a la luz.
Quizás lo más preocupante es el uso de cuentas falsas para esquemas fraudulentos de ofertas laborales. Los ciberdelincuentes que se hacen pasar por empresas legítimas publican oportunidades de empleo falsas como parte de estafas elaboradas y diseñadas para facilitar el robo de identidad, el lavado de dinero u otras actividades delictivas. Estos esquemas pueden provocar tanto pérdidas financieras como un daño reputacional severo cuando los solicitantes descubren que fueron engañados por lo que parecía ser la presencia legítima de una empresa.
Lo que hace que la suplantación de identidad en Instagram sea particularmente difícil de enfrentar para las empresas es la estructura misma de la plataforma. Aunque Instagram ofrece mecanismos de denuncia para cuentas falsas, el proceso suele ser lento y poco confiable. Algunas empresas incluso reportan que sus cuentas legítimas han sido suspendidas por error al intentar denunciar suplantadores, lo que genera interrupciones operativas adicionales.
Pero, además, la naturaleza automatizada de los sistemas de toma de decisiones de Instagram agrava estos desafíos. Cuando ocurren errores en el proceso de denuncia, las empresas a menudo se encuentran sin un recurso claro para recuperar sus cuentas de forma rápida. Esto puede dejarlas vulnerables durante períodos críticos, mientras las cuentas suplantadoras siguen activas y las cuentas legítimas permanecen suspendidas.
¿Cuáles son las medidas de protección para las empresas?
Aunque prevenir completamente la suplantación en Instagram puede ser imposible, las empresas pueden implementar varias estrategias para protegerse a sí mismas y a sus partes interesadas.
Formar a empleados y clientes es clave para prevenir la suplantación: las empresas deben incluir en sus programas de capacitación los riesgos específicos de las redes sociales, más allá del phishing tradicional. Es importante que los empleados sepan cómo identificar cuentas auténticas y detectar posibles fraudes.
También es fundamental contar con sistemas de monitorización: en lugar de revisar manualmente la actividad en redes, las empresas pueden usar herramientas especializadas que rastrean menciones de la marca, dominios, logotipos o nombres de empleados, ayudando a detectar usos indebidos a tiempo.
Ante cualquier intento de suplantación, es crucial actuar rápido: más allá de los canales de denuncia habituales de Instagram, conviene colaborar con proveedores que trabajen directamente con la plataforma. Esto puede acelerar la eliminación de cuentas falsas, en algunos casos, en menos de 24 horas.
A medida que Instagram continúa creciendo como plataforma empresarial, la amenaza de suplantación probablemente persistirá y evolucionará. Las empresas deben reconocer que proteger su marca en Instagram requiere el mismo nivel de vigilancia que otras iniciativas de ciberseguridad. Por ello, no basta con tener presencia en redes: es imprescindible blindarla. La integridad digital de una empresa no puede dejarse al azar ni depender únicamente de las políticas de la plataforma. Actuar con anticipación, invertir en monitoreo proactivo y educar a equipos y clientes sobre los riesgos es lo que marcará la diferencia entre una marca protegida y una expuesta.
Yochai Corem, vicepresidente de Gestión de Riesgos Externos de Check Point Software